Cubres el sol.
A rebanadas
me muestras
la luna.
Cierras la ventana
y encarcelas
mi cuarto
menguante.
Es tu lumbre el seno de Abraham,
la condena, el calor y mi sofoco.
Cubas de vapores fermentados
mis ojos,
que no quieren verte y te odian por amor.
Eres eclipse.
Yo, ni la sombra
de lo que un día fui.
martes, 5 de febrero de 2008
Ya no hay luna ni sol... ni tú... ni yo
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1 comentario:
Tu belleza es un regalo para la vista,
tu poesía es un regalo para el alma.
Muchas gracias, Jara, por el cielo que nos brindas.
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