Es tu gesto un poema,
una carta sin remite.
Y yo no soy destino.
En un laberinto me pierdo.
Y se me clavan los cristales de tu espejo.
Me hago triza.
La sinrazón marea.
Vomito.
Pero permaneces.
Te quedas en mis entrañas.
No hallo causa que descifre
el criptex que encarcelan tus párpados.
El agua de mi cuerpo tiene frío.
Me congelo.
Tiemblo.
Y grito.
miércoles, 13 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario