lunes, 25 de febrero de 2008

VEN- ¿Eh?- NO

Te ingerí.
.
.
Una a una
relamo las palabras
que no te soportan
y se suicidan de tu boca
hasta los pies.
.
.
Pies
que infunden terror
en mis venas
cuando se acercan
y yo los beso
desesperada
una
y otra vez.
.
.
Y otra vez
saco brillo a tu sombra,
de rodillas,
agazapada,
del revés.
.
.
Del revés
se quedó el mundo
cuando
tus risas
me hicieron creerte,
cuando te dije sí.
.
.
Así
se quedó.
Así sigue.
Ya ves.
.
.
Llaves
que me encierran
y que abren las cicatrices
de cada dosis de dolor
desde que sentí ser tu heroína
siendo sólo
un envés de tu
propio yo.
Qué tonta fui.
.
.
Fui tonta
porque me di entera
y ya no me encuentro.
Tonta
porque caí enferma
de ti,
por ti.
.
.
Y por ti,
ahora,
los oídos me sangran
y me manchan
las camisas
que recién plancho.
.
.
Como cuando plancho
mis ojos
para secarlos
y doblaros
en el cajón de mis latidos
sin hacer ruido al cerrarlo
por si despiertas.
.
.
Como cuando me despiertas
y con puñetazos
me abandonas a las puertas.
Y me dejas seca.
Sin sangre.
.
.
Porque la sangre
es roja
pero morada
cuando se coagula
y se seca,
la bolsa, a veces, hueca
como tu voz sin eco
en mis sienes grises
que ven oscuro contigo
el ahora.
.
.
Ahora,
que ya no pueden bailar niños
en mi útero
y no sé qué es ser mujer.
.
.
Pero mujer se nace.
Se es.
.
.
Y antes que ser la tuya
prefiero
morir.
De sed.
Por ser.

viernes, 22 de febrero de 2008

En mi cabeza, pero te tengo.

Sábanas de polvo
envuelven muebles antiguos
en mi azotea.
No tengo tiempo para limpiarme
ni espacio para ordenarme.
O quizás no quiera.
Es la lluvia de los llantos en el tejado
el aroma que embriaga el recuerdo de tu adiós.
Sigues siendo el dueño de los baúles pesados
que generan migraña.
Quizás, así lo quiera.
Porque tengo la llave echada y la escalera rota
para impedir que me dejen diáfana.
Huelen a ti las paredes que se agrietan
en mi mente cuando no te pienso.
Todavía.
Aún.
Quizás.
Porque quiero.

Ahora

Ahora que te has ido
me quedo sin pulso.
Sin aliento.
Ahora que no estás
el aire se vuelve un suspiro.
Me aprisiona
el pecho
por más que estire los brazos
como un ciego contra el viento.
Ahora que te has ido
no te veo.
Ya no estás.
Te fuiste y te me vas.
De nuevo.

jueves, 21 de febrero de 2008

Letra

Si el ocaso del hoy
intenta arrastrar tu cuerpo a la nada
antes de un “mañana será otro día”…
… dile al grito de tu boca
que aguarde un instante.
Calla.
Y piensa.
Cuando quieras cerrar los ojos
y no puedas porque tienes pánico a la oscuridad
imagina antes que sólo estarás dormido.
Dile a la muerte que no sople tu nuca...
... y te mire de frente.
Cuando creas tener el sol
a las puertas de tu corazón pero sientas frío…
… desvía los ríos que nublan tu mirar
antes de que tu alma se encoja.
Aguarda un instante.
Calla.
Y piensa.
Cuando el vacío te empuje a caer con él
en el “todo está perdido”
y el ayer encienda una hoguera de recuerdos
donde no arda lo que no pudo ser, no fue y no pasó…
... calla.
Piensa
Y dime ven.

Me gusta que me gustes



Me gusta que rías
y me mires despacio.
Me gusta cuando en un breve espacio
detienes el vaivén del tiempo entre tú y mi yo.
Me gusta que tu olfato me desnude
hasta olvidarme del frío.
Me gusta cuando tocas mi boca con tus ojos.
Me gusta ver que me piensas,
que das sentido a mis sentidos,
que me encuentras en tí cuando ya no estoy en frente.
Me gustas porque, sólo entonces,
el día me visita antes de salir el sol.


Poema inspirado en "Aforismos, pensamientos
Máximas y Mínimas (I)" de Santiago Trancón

lunes, 18 de febrero de 2008

¿Quién dice que estamos vivos?

Finjo vivir o estar viva, desde aquel verano en el que me despertó un adiós. Cada día de menos -o de más- dudo de la existencia como tal e inculcada y me pregunto si esto a lo que llamamos vida no es un preámbulo de la real. Creo estar en una “vida” enlucida para por la “muerte” o viceversa. Porque las dudas me salpican y se esparcen en mi sangre como la metástasis que le alejó de “mi yo de aquí y de ahora”. Busco respuesta.
¿Quién dice que estamos vivos? ¿Quién conoce la vida y la muerte como para identificarlas? ¿Por qué antes es vida y después es muerte? ¿Y si la muerte es otra vida? ¿Y si la vida no es más que muerte? ¿Es que la vida no puede ser muerte? ¿Dónde van los cuerpos que nos abandonan? Cuando se van…
… ¿morimos?
…¿vivimos?
.
.
.

Me sueño -en el día que caduque- bajo un cielo oscuro… con los ojos abiertos y la boca cerrada para observar -sin dejar escapar- el tiempo que fui. E imagino despedir a mi cuerpo… feliz pero sigiloso… como si estuviera abandonándome… caminando silente hacia otro cuerpo… en busca de otra alma gemela por el mundo… donde enredar su forma… y en el fondo, querer quedarse sin permanecer para siempre.

Poema

Tu boca sabe espontánea
como mi aproximación al papel
cada noche.
Mientras le doy a mis ojos tu sombra
a tientas nos salpica el alba;
sus motas
-sin luz-
serpentina en la fiesta de nuestras palabras.
Desnuda
el cobijo de tu aliento
me convierte en el mayor de los cobardes,
que no quiere guerra.
Tus puños abiertos
invaden mis muslos.
La tinta de la pluma
se derrama e impregna de blanco
mi sentido
- como el olor de tu alma-
- como la sal en la arena-.
Se derrite el calor y me escribes.
Soy un poema.

Microrrelato I

Desde que te fuiste deambulo por los días buscando aquella noche que perdimos juntos. Tú y tu rostro urbano, cruzábais la carretera con las manos en los bolsillos de una chaqueta de pana. Yo, en distinta acera, esperando un guiño que me diera la respuesta. El pacto que nos unía entonces se tambaleó a la izquierda. Fue un adiós glaciar, exacto. Como tu inteligencia. Muy prudente. Dañino. Las agujas del reloj de la plaza marcaban las dos. Y supe entonces dónde estaría cuando no me vieras.
Inspirado en un poema de Laura G. Recas

domingo, 17 de febrero de 2008

Anorexia

En una urna de cristal
veo pasar el tiempo.
Soy un maniquí estrangulado
que no se reconoce ante ningún espejo.
En el escaparate, inerte,
visto un disfraz de carnaval en mayo.
Presiento el vaivén de la gente
observando de reojo mi cuerpo maquillado.
Tengo la inteligencia de resina obstruida por el ho(a)mbre,
un rostro con ojos de vidrio.
Soy el arte de un silencio que ensordece,
un alma encapsulada
que espera sin saber a quién
ni a dónde.

Falta de comunicación


Si hasta el verbo se hizo
lenguaje.
Si el ritmo cobró sonido y albergó
nuestras mentes de voz.
Si no hay letras transparentes
libres de contenido
y no carece de significado
ni el odio.
Si son ánforas de descripción
aun cuando la memoria no recuerda y danza el olvido.
Si nacen
con voluntad de ser
aunque muchas
se hacen cosa.
Si viven anterior a la Historia
conscientes de que no tendrán jamás cementerio.
Si son dueñas del mundo.
Si son poder las palabras,
entonces dime:

¿Por qué no hablamos?

sábado, 16 de febrero de 2008

Silberia... pesa(da)

Emana de mis entrañas la locura de pensarme.
Y me miro.
Me observo sin encontrarme completa
en un límite de tiempo dado.
Así que ilimito los sueños
para ser eterna.
Es(-ta) mi mente.
---
Soy extraña incluso para mí.
Admiro sorprenderme,
y pido no saberme,
inesperarme
y escapar hacia un “no sé dónde voy”
para encontrar sentido…

¿Tiene sentido?
----
Y ¿qué sentido tiene pensar lo que soy
cuando solo sé que aún apenas sé qué es eso?
¿Y si me encuentro con un ser que no soy o no quiero?
.... ¿y si no soy?
Por el momento... por hoy... hoy... no soy más que es(t)o.

El precio de la mentira


Fue tu boca la del infierno.
Tus manos sucias las de un puerco-
espin- a con púas la voz de tu mentira
… y ahora de tu conciencia.

Fueron tus ojos
un cíclope borracho y
tus almas,
entre putas,
noche tras noche,
las peores de las damas.

Es el humo gris de tu azotea, ahora,
el tic tac del tiempo vacío
y de las horas muertas.

Es la ceniza de tu cigarro
la que impulsa tu súplica
a mi perdón.
Pero olvidas que fuiste y
ya no eres.
Ahora se acabó.

Para Ommje... por su libro

Te des- encuentro como des- prevenido
des- enredando mis sueños
(una madeja de hilos que des- lías
con des- caro).
Y en ese des- tiempo
podría haber des- jurado
que fue el des- viento
(desafiante)
el que hacía llegar tus palabras
a mis oídos
- en forma y fondo de pensamientos-
llenándome la vida de deseos,
des- estresando mi des- futuro,
en ser- “y”o.
Pero equivocada, me des- velo y veo
que es el paso de las páginas de tu libro
el aire de mi cuarto piso
de esta Tierra -que ahora piso-
y de este Cielo -que siempre me pisa,
aun cuando duermo-.
Y ya que estoy despierta
no puedo des- aprovechar la oportunidad de des- decirte
que he recogido de tus frases todo: “lo que” no me basta y nada me sobra.
Y cuanto más des- leo tus “10 Des- cartes…”
más busco la manera de des- escribirte lo que he des- cubierto
sin que falte ni una coma,
sin que las palabras se conviertan en palabras.

Espero no des- esperarte en mi intento de agradecerte el libro
y que, cuando des- leas mi des- escrito
veas el reflejo de una sonrisa
- des- nuda y liberada de las lágrimas que no alivian-.

Ahora, te regalo envuelto de su valor un: GRACIAS.

Silberia desnuda... se viste


Abro el armario.
Las perchas se quejan.
- No sé cuál ponerme hoy-.
Al fin me visto y me dirijo al tiempo.
Es de día.
Siento que la elección ha sido pensando en todos menos en mí misma.
Todavía tengo la manía de no verme cuando miro.
Cruzo mis ojos con otros... en otras caras.
Algunas miradas las hago propias; las risas, sólo mías.
Y vuelvo a casa repleta de diseños.
Disfruto de los creadores de sonrisas, de los donantes anónimos
que alientan las horas que se esfuman...
... en los cruces, a otras vías.
Sus colores, sus muecas, huecas, grandes, sin dientes, de medio lado, arrugadas, maduras, humildes, sanas... risas que llegan cuando todas las demás se van...
... y vienen cuando las mías me abandonan
para volar a otros dueños
de otros armarios
en otras vidas.

viernes, 15 de febrero de 2008

Microrrelato: A J. J. M.

Ayer me acosté en una cama rara pero mi cuerpo no la notó diferente.
Borracha por el licor del cielo, el sueño me alcanzó tarde.
Y sin más, en el duermevela, dije un nombre.
Enferma de culpa te miré para comprobar si seguías dormido.
Tuve suerte. Siempre te ha costado escucharme.
Me tapé los ojos para encerrarle de nuevo y evité mostrar la resaca de mi boca.
Borré el rastro de mis lágrimas en nuestra almohada.
Y esta mañana, mientras el microondas hacía girar al café, daba vueltas la atolondrada idea de confesarte quién era.

Inspirado en un microrrelato de J. J. M.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Celos

Es tu gesto un poema,
una carta sin remite.

Y yo no soy destino.
En un laberinto me pierdo.
Y se me clavan los cristales de tu espejo.
Me hago triza.
La sinrazón marea.
Vomito.
Pero permaneces.

Te quedas en mis entrañas.
No hallo causa que descifre
el criptex que encarcelan tus párpados.
El agua de mi cuerpo tiene frío.
Me congelo.
Tiemblo.
Y grito.

martes, 12 de febrero de 2008

El hotel de las palabras

Cuando es- tá- lento mi verso
me alojo en el hotel de las palabras.
-A mi espalda, los libros que no he leído-.

La recepcionista vigila mi ortografía y el botones carga en un carro mi saber…
... como si pesara.
No hay escaleras que suban al cielo en esta fonda.
Las habitaciones no tienen número. Restar o dividir está prohibido.
La puerta se abre y

he aquí la luz.
Bombillas tenues incitan a doblar la piel, a dejarla en la mesilla.
Es el alma el que hace de las suyas.
En la bañera bucean las odas
que dicen:
escribirás si- la(b)vas en tu mente.
Entonces, me seco para no hacer aguas
y, desnuda,
vuelvo
y creo.

Una palabra.
De una boca como la tuya.
Solo una.
Un no en ti...


Me falta que falte.
Falta que me falte.


Dime no
y bailaré en tus labios.

Lloraré cuando te escuche
sólo
hasta aceptar su sentido.

Ningunéame y
cumpliré un sueño.
Repleta mi alma,
contigo pronunciándolo.

Dime no…
… y seré en la eternidad.

lunes, 11 de febrero de 2008

Alzheimer


He perdido mi nombre.
Lo habré guardado junto a mi yo,
en la cómoda,
en un cajón…
… ¿en el bolsillo?
----
He debido perder
tu voz.
Puede que cuelgue
del oído. Mira a ver.
---
No sé

ni cuándo
ni dónde...
... ¿Se habrán escondido?
---
¿Soy?
Estoy.
Aún.
Todavía.
Maldita la gracia
de las horas muertas.
Pesa el tiempo.
---
No sé
por qué.
Lo siento, no lo recuerdo.

Me visto


Abro el armario.
Las perchas se quejan.
-No sé cuál ponerme hoy-.
Al fin me visto y
me dirijo al tiempo.
Es de día.
Siento que la elección ha sido
pensando en todos
menos en mí misma.
Todavía tengo la manía de no verme
cuando miro.
Cruzo mis ojos con otros
en otras caras.
Algunas miradas
las hago propias,
y, las risas,
solo mías.
Vuelvo a casa
repleta de diseños y
confecciono nuevos atuendos.
Disfruto
de los creadores de sonrisas,
de los donantes anónimos
que alientan las horas
que se esfuman…
… en los cruces, a otras vías.
Sus colores, sus muecas, huecas, grandes, sin dientes…
… de medio lado, arrugadas, maduras, humildes, sanas…
Sonrisas y risas que llegan
cuando todas las demás se van…
… y vienen cuando las mías me abandonan
para volar a otros dueños
de otras vidas.

viernes, 8 de febrero de 2008

La Jara


Soy cistus.
Arbustivo mi nombre
me planto
en la Península
de tus besos.
Pequeña
y pirófita
y lanceolada
y blanca
y ¿pura?.
Soy flor de fuego.
Pasto abandonado,
invado tu cultivo
con mi absorción
incandescente
y fugaz
y arcoiris.
Soy mediterránea.
En tu bosque deforestado,
germino y
evito el rayo
de la estrella naranja
que me evapora.
Ibérica
y
pringosa.
Soy Jara.
De ládano
mi perfume,
como el bálsamo
que te envuelve
y cinco pétalos
y miel
y blanca
e impura.

jueves, 7 de febrero de 2008

Silberia Dubitativa



… ¿Y si soy una esfera en el vacío,
sin dueño?
… ¿Y si nadie me espera?
… ¿Y si el instante me alcanza desprevenida?
… ¿Y si solo creo serlo?
… ¿Y si estoy muerta antes que viva?
… ¿y si no soy ni estoy

... todavía?



LiBeraTUra para una Resurrección


Volver
al estado
húmedo y tierno,
en mi habitar en ti.
Estar
hoy
en vacío
seco.
Suceder
lo que sucedió una vez,
bien puede suceder después.
Soñar
-sin que nada me impida-
en/con tu vientre
en vida.
Con/en otra.
Después
que acabe con ésta,
mi barca
sin mar
seco,
vacío.

Silberia Picajosa


¿Por qué el sexo de la palabra es femenino

y pesa más la palabra del sexo masculino?

miércoles, 6 de febrero de 2008

Idea











… y veo bombilla en tus ojos
… y mi verso cobra sentido
… y mi prosa tiene prisa
… y por eso me d(v)es- tu-(p-ido).

No-tá-s



"Que cuando escriban sobre tu vida no cuenten que no la diste por vivir".

Silberia Cuentista

martes, 5 de febrero de 2008

Ya no hay luna ni sol... ni tú... ni yo



Cubres el sol.
A rebanadas
me muestras
la luna.


Cierras la ventana
y encarcelas
mi cuarto
menguante.

Es tu lumbre
el seno de Abraham,
la condena, el calor y mi sofoco.
Cubas de vapores fermentados
mis ojos,
que no quieren verte y te odian por amor.

Eres eclipse.
Yo, ni la sombra
de lo que un día fui.

Centón al Guernica


Acodado
en el vértice más sensible de mi alma
permaneces…
… y se quedan contigo
y conmigo……
los gritos de niños de mujeres.
Etéreo
por mis venas
corre tu nombre
que inunda el mar que roe el hueso
y se rompe los dientes mordiendo el algodón
que el sol rebaña.
Atrapo
en mis ojos geométricos
tu color, símbolos y figuras
como el bolsín y la bolsa que esconden en la huella
que el pie deja en la roca.

Impregnas

como la flor a la mano del guerrero.

Tu vista de puntos
expresa líneas enfrentadas,
surrealistas.

Redes cúbicas -de esperanza
de olores que se arañan-
amarran tu lienzo
que desgarra la devastación

y vuelve vapor a cualquier hombre.

¿Quién dice que no eres dios,

balanza entre arte y el lenguaje?

lunes, 4 de febrero de 2008

Descubriendo la Soledad... en un atardecer de Ibiza


Paseo. Orilla.
Como si levitara… figuro ser un pintor y converso con los colores del mar y de la tierra.
En mi paleta, dos tonos dividen la línea de la vida.
A lo lejos, más playa, un horizonte. De cerca, huellas de otros yo, brújulas del pasado.
Arena. Me tumbo.
La sal, para mis pies, el escondite.
Frío en los dedos y en mi cuerpo, el calor del presente
donde hablo sola como nunca.
No hay más esterillas en mi cuerpo que las arrugas de mis párpados.
Visto de naranja lo que veo
con los ojos cerrados.
Lucho libre contra el sol que se le antoja dejarme viuda de luz.
Floto como un ángel de agua en los destellos que me traspasan.
Abro los ojos y me creo, por un instante, descubriendo la Soledad.

Una orilla.
Dos colores.
Horizonte.
La arena en mis pies.
Y vuelvo a un pasado
cierto.
Tan cierto como que ahora te escribo
versos sin nombrarte.
Y miento
porque no tengo papel
ni lápiz.
Te petrifico como un fósil
de una caracola y escucho tu eco
en la mente que me acompaña
en las horas que me aprisionan
en el tiempo que te espero.
Y si no,
espera que te vea
en otra orilla y otro horizonte.

viernes, 1 de febrero de 2008

Oda al conciertazo

QUINTO PARPADEO y…
me
despierta
la soleá
bajo las notas del silencio,
en la orillita del mar.

Doy un salto de la cama
y me pongo a bailar porque,

ragatón,

esa sí es la señal.
Así que no pierdas tiempo y
vente pa acá.
Vente pa acá.
Parapadea
y vente pa acá.


Con lo ojillos abiertos
tengo la conciencia plena
de que esta bulería de la noche triste
resucita a cualquier muerto y
y te quita to´el miedo

y toas´ las penas.
Así que,
ragatón,
vente pa acá.
Vente pa acá
Parapadea
y vente pa acá.


¡Que sí, que sí!,
que de mil colores
tatúan tu cuerpo,
como
la lluvia y más cosas del alma,
como que en la mano pongo el fuego
de que, aunque esta vida no la entiendo,
¡¡te quiero!!.


Pues eso es lo que digo yo.
Que lo digo por eso, sí,
ragatón,
vente pacá.
Vente pacá.
Parapadea
y vente pacá.





AIRE


Es larga
la distancia entre tus ojos y
mi mirada.
Corre el aire.
Tu nombre,
a un hilo de caerse
así como de mi mente.
El aire,
espeso.
Tendido en las cuerdas de tu voz
espera tu excusa
en silencio.
Pero,
irremediablemente,
NO.
Porque si la memoria
de mi tú no me falla
habitaste en lo que más pesaba de mí:
el dolor.
Así pues…
QUE CORRA EL AIRE.