Te des- encuentro como des- prevenido
des- enredando mis sueños
(una madeja de hilos que des- lías
con des- caro).
Y en ese des- tiempo
podría haber des- jurado
que fue el des- viento
(desafiante)
el que hacía llegar tus palabras
a mis oídos
- en forma y fondo de pensamientos-
llenándome la vida de deseos,
des- estresando mi des- futuro,
en ser- “y”o.
Pero equivocada, me des- velo y veo
que es el paso de las páginas de tu libro
el aire de mi cuarto piso
de esta Tierra -que ahora piso-
y de este Cielo -que siempre me pisa,
aun cuando duermo-.
Y ya que estoy despierta
no puedo des- aprovechar la oportunidad de des- decirte
que he recogido de tus frases todo: “lo que” no me basta y nada me sobra.
Y cuanto más des- leo tus “10 Des- cartes…”
más busco la manera de des- escribirte lo que he des- cubierto
sin que falte ni una coma,
sin que las palabras se conviertan en palabras.
Espero no des- esperarte en mi intento de agradecerte el libro
y que, cuando des- leas mi des- escrito
veas el reflejo de una sonrisa
- des- nuda y liberada de las lágrimas que no alivian-.
Ahora, te regalo envuelto de su valor un: GRACIAS.
sábado, 16 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Para Jara:
"Hay quien ve maravillas en el cielo cuando esas maravillas no son más que el reflejo de su alma".
... y tu alma debió nacer entre nubes.
Gracias!
Publicar un comentario