Yo era mayo
y otoño
y turbulencias.
Cogía martillos con los dedos de los pies y me clavaba en todo lo que veía.
Yo era voz
y tacto
y película decodificada.
Ahora...
... no soy nada de bastante
ni demasiado.
Soy y punto.
Final.
domingo, 22 de marzo de 2009
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5 comentarios:
"... nada de bastante ni demasia". La justa medida, alcanzada con la ùnica escalera posible: la madurez.
¡Bien!
Te dejo un beso entre los versos.
Laura
En el fin de los tiempos eres y puntos suspensivos.
Un poema original. Un saludo
En soy y punto queda bien el poema. Me gusto. La palabra final es redundante.
Saludos.
esta bueno el poema,maduro como dice Laura.
saludos
E
A mí nada me parece redundante... La poesía es libre de críticas... Jajaja... Me gustó!
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