Fue tu boca la del infierno.
Tus manos sucias las de un puerco-
espin- a con púas la voz de tu mentira
… y ahora de tu conciencia.
Fueron tus ojos un cíclope borracho.
Y tus almas, entre putas,
noche tras noche,
las peores de las damas.
Es el humo gris de tu azotea, ahora,
el tic tac del tiempo vacío
y de las horas muertas...
Es la ceniza de tu cigarro
la que impulsa tu súplica a mi perdón.
Pero olvidas que fuiste y ya no eres.
Ahora se acabó.
sábado, 12 de julio de 2008
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1 comentario:
Jara, como lectora que soy sin conocimiento alguno de poesía, tan sólo puedo expresarte mis sentimientos y darte las gracias por hacerme sentir. "El precio de la mentira" me sugiere cuan detestable y mezquina es la mentira, y de que manera el que la padece sufre pero sin duda la verdadera victima de la mentira es el autor de ella.
Gracias.
Verónica.
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