POEMA SIN TÍTULO- DEDICADO A LOS NIÑOS DE GAZA
Qué más quisiera yo que entregarles mi juventud,
aquella que perdí siendo muy tonta. Todo
me hacía daño. Hasta los zapatos. Ellos,
ni llevan.
Qué más quisiera yo que ver lo que sus ojos;
desde su sangre, sentir la no- vida,
el pánico, la franja y
admirar algún día el vuelo de diez mil tortugas.
Qué más quisiera yo que darles mi adolescencia,
aquella que no aproveché desde mi casa,
con calefacción y la mesa puesta. Qué más…
… porque ahora, que soy menos tonta y no tan joven,
ahora que cualquier zapato me queda bien y sólo me duelen los dientes
de rechinarlos, ahora… ¡Qué más quisiera!
Yo que soy una de tantos o quizás,
una tonta de tantos… decidme ¡qué más puedo hacer!
aquella que perdí siendo muy tonta. Todo
me hacía daño. Hasta los zapatos. Ellos,
ni llevan.
Qué más quisiera yo que ver lo que sus ojos;
desde su sangre, sentir la no- vida,
el pánico, la franja y
admirar algún día el vuelo de diez mil tortugas.
Qué más quisiera yo que darles mi adolescencia,
aquella que no aproveché desde mi casa,
con calefacción y la mesa puesta. Qué más…
… porque ahora, que soy menos tonta y no tan joven,
ahora que cualquier zapato me queda bien y sólo me duelen los dientes
de rechinarlos, ahora… ¡Qué más quisiera!
Yo que soy una de tantos o quizás,
una tonta de tantos… decidme ¡qué más puedo hacer!
3 comentarios:
..."sentir la no-vida", "sólo me duelen los dientes de rechinarlos"... indudablemente tú. Qué forma tan sencilla de explicar lo más profundo. ¿Que qué más puedes hacer? Ya lo estás haciendo... Besos para el hada.
Me emocionas Jara. ¡Eso, hay que implicarse! Y si, además, es con un buen poema como el tuyo, la implicación remonta el vuelo y llega al sitio que tiene que llegar.
Me alegro de conocerte y de quererte.
Besos
Jara, puedes pasarte por mi blog a recoger un premio. Ah!, será porque te lo has merecido.
Besos
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