Hoy
que no eres aún dedos
de hueso y carne
temporales,
deambulantes,
gritas colores
y me vuelves ciego.
Hoy
que estoy aquí en el fondo
más profundo
me esparzo
para habitarte mañana
sin tocarte,
porque hielo.
Hoy
soy el líquido sudor
del perfume de tu alma en probeta
con fecha de caducidad.
No has nacido.
Te espero
impaciente.
Hoy
te inclino a escribirme
para que existas
cuando seas "fue"
deshabitado entre cenizas.
No me temas.
Soy quien oye respirar al viento
y te va a descomponer
cuando las agujas se te claven
en vez de marcar horas.
viernes, 28 de marzo de 2008
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